¿Conoces la historia del orujo gallego?
Estamos convencidos de que has probado el orujo gallego o aguardiente. Su intenso sabor es ideal para terminar una comida, para departir con los amigos o para quitarse el frío en grata compañía. Sin embargo, no siempre se conocen los detalles del origen de una bebida que está ya en el ADN de Galicia. ¿Te apetece saber algo más sobre el orujo gallego?
¿Qué es el orujo?
Te aclaramos que es el nombre que recibe la piel de la uva en la comunidad (en el resto del país se conoce como hollejo) que queda tras el proceso de prensa para la creación del vino. Los bodegueros reservan esta parte de la uva para la creación de aguardientes y otros destilados. Ello provoca que todas las bebidas que utilizan esta materia prima reciban el sobrenombre de orujo.
¿Desde cuándo se prepara orujo en Galicia?
El comienzo de la destilación de alcohol en Galicia no tiene una fecha fija. Todo parece indicar que fueron los árabes los que comenzaron a llevar a cabo esta práctica, pero también hay vestigios de culturas como la egipcia donde hay constancia de la existencia de destiladores. Sí es cierto que la obtención del alcohol tal y como se realiza hoy en día data del siglo IX. En un principio, se extraía el alcohol para crear primero cosméticos y posteriormente productos medicinales. Progresivamente, se empleaba este tipo de alcohol tanto en el sector de la veterinaria como en el tratamiento de dolencias leves como el resfriado. Del siglo XIV son los primeros documentos que confirman que el orujo era habitual en el valle de Liébana de Cantabria. En lo que respecta a Galicia, los historiadores indican que en el siglo XVIII era ya habitual ver los alambiques en las casas gallegas. Muchos afirman que la calidad del orujo gallego se debe a los conocimientos que traían los peregrinos que hacían el Camino de Santiago. Al parecer, no dudaban en comentar todo tipo de cuestiones con los lugareños para que perfeccionaran la obtención del aguardiente.
Una bebida humilde que fue popularizándose
Aunque ahora forme parte de nuestro catálogo, puedes comprarlo desde este enlace, ello no significa que el orujo haya gozado siempre de tan buena fama. En su origen, eran los campesinos los que lo preparaban de forma casera y se lo tomaban antes de irse a trabajar cuando no tenían nada para comer. Fueron los campesinos los que indicaron que es una alternativa ideal para subir la temperatura corporal. De hecho, afirmaban que en invierno quitaba el frío y en verano el calor. Además, hay que añadir la evolución del orujo a cuya receta se han ido añadiendo hierbas y frutas para la creación de bebidas que lo utilizan como base de su sabor. Respecto a su popularidad, fue en el siglo XVIII cuando en Holanda aumentó sensiblemente la demanda de esta bebida. Resulta complicado informar al detalle de la cantidad de litros exportada, ya que no queda constancia alguna al tratarse de un procedimiento tradicional y en múltiples ocasiones casero.
Los obstáculos que superó el orujo gallego
Debido al riesgo que suponía una producción sin control como la mencionada, fue en el último cuarto del siglo XIX cuando se prohibió expresamente la destilación del orujo para la producción de aguardiente. La prohibición legal provenía de una opinión generalizada que provocó que muchos pensaran que beber orujo podría provocar la muerte. Como curiosidad, en Galicia se apostó por la legalización progresiva, pero con una salvedad: el capuchón que se utilizaba en la destilación había que depositarlo en el ayuntamiento tras el proceso.
1927, el año del cambio
El Régimen Especial de Destilación de Aguardientes del mencionado año creó un impuesto específico para la destilación. Fue entonces cuando se permitió el uso del alambique portátil, lo que provocó el aumento progresivo de la destilación de los orujos en toda Galicia.
La segunda mitad del siglo XX
El Consello Regulador de Aguardentes e Licores Tradicionais de Galicia indica que en 1950 había en Galicia 2500 destiladores que generaban 46 millones de litros con destiladores portátiles y otros 17 000 litros procedentes de destilados en instalaciones inamovibles.
La ley de 1985
El texto obliga a destilar el orujo con un alambique fijo. Los poteiros que llevaban su alambique por distintos lugares vieron cómo su negocio se terminaba. Al mismo tiempo, la destilación casera y clandestina aumentó sensiblemente.
El año del cambio: 1989
A medida que en Galicia aumentaba la producción, también lo hacía la necesidad de regularla de forma adecuada. Así, en 1989 se establecieron las medidas para crear instalaciones fijas con un único objetivo: proteger el producto con la creación de una denominación de origen específica.
La Denominación de Orujo de Galicia
En 1993 se produce su creación e iguala la bebida a otras bebidas europeas como el marc de Francia o el tsipouro griego. Asimismo, el reconocimiento de los grandes gastrónomos han convertido a un licor tan básico y humilde en una magnífica manera de demostrar cómo la cultura gallega es heredera de una tradición tan importante como adecuada para los paladares más exigentes.
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